Cholitas
texto de Tomas Astelarra Ilustración Juliaro
Salí a comprar una libra de tomates a esa estrecha calle que por un par de cuadras toma la definición de mercado en Yotalla.
La mamita (cholita, caserita, doñita, vendamé por favor) estaba tan de buenas que me aumentó un par de rocotos y un pimiento.
Pero ahí no terminó la ñapita (señora yapita de Yotalla).
“Gringo, gringo”, me llamó a grandes voces una caserita de una tienda cercana mientras extendía sonriente una bolsa con una libra de harina a modo de ofrecimiento. Traté de explicarle que no la necesitaba, con la desconfianza propia de quienes sabemos que a veces las mamitas bolivianas, como dice María: “te cagan o te cagan”.
Pero ella insistió vehementemente haciendo ese gesto con la mano que algunas veces quiere decir “fuera”, y otras “no hay”, pero que en ese caso quería decir: “lleve, lleve, gringuito, lleve nomás”.(seguir leyendo click aqui)
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