Juliaro y la pintura menstrual
Nota realizada por Gema Marcias para culturacolectiva.com
Una de las tendencias del evolucionismo social es la de enmascarar lo “desagradable”, siendo una de sus principales armas el lenguaje y su estrategia la sofisticación de los artilugios. Por poner un ejemplo de lo más trivial, la palabra “menstruación” ha llegado a ser sustituida por “esos días del mes”, y las herramientas para neutralizarla van desde compresas con ‘olor a nubes’ a tampones cuyos aplicadores tienen el tacto de una perla recién sacada de las profundidades del mar. Y el problema no son los avances, que benditos e higiénicos sean, sino el tabú que tal encubrimiento crea contra la naturalidad. Eso explicaría que la mayor preocupación de las mujeres en “esos días del mes” no sea atender su cuerpo y sus necesidades, sino ocultar al resto de la sociedad cualquier signo que evidencie su estado hormonal.
Pero hay quienes tienen la admirable osadía de pararse frente al civismo para salir en defensa de lo natural: plantear optativas. Una de esas personas es la argentina Julia Larotonda, diseñadora de imagen y sonido, guionista, ilustradora y creadora de La Comarca Arcoiris –iniciativa para concientizar a los niños y adolescentes sobre el cambio climático-.
Esta artista multidisciplinar, natural de Buenos Aires, escribe poesía, pinta e ilustra. La protagonista indiscutible de sus producciones es la mujer, a la que trabaja como diosa, como un ser complejo que engloba en sí mismo perfiles diferentes: la Virgen, la Bruja, la Madre, la Hechicera… Cada una de estas fases es representada por la combinación de luces y sombras que perfilan la complejidad de la naturaleza femenina.
Sus obras se caracterizan por su expresividad. La artista se convierte en el canal y su misión es dejar que el mensaje fluya a partir de la conexión con la diosa. Los pilares de su trabajo son la feminidad, la naturaleza, la energía y la consciencia, lo que explicaría la mayor peculiaridad de parte de su producción: las imágenes pintadas con su sangre menstrual. Esta práctica, calificada mayormente como transgresora y usada por otras artistas como Zanele Muholi, conecta con otros de los temas que Juliaro trabaja: la conexión de la mujer con la menstruación consciente. Este concepto viene a hacer frente a la repugnancia con que la mujer contacta con su periodo y lo trata como algo descartable, sin pararse a pensar en la conexión que existe entre esa sangre y su feminidad, su naturaleza más profunda.
Sin duda, el dato sobre el método y su relación directa con el trasfondo conceptual consigue llamar la atención, pero el mérito incuestionable de Juliaro es provocar la reflexión en el receptor.
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